Nacido en Madrid, Gonzalo siempre se sintió atraído por la Historia: los caballeros, los castillos,las leyendas y las sagas de fantasía ‘medieval’ fueron los favoritos entre sus libros, películas y videojuegos. Podría decirse que sus primeros pasos en la esgrima fueron de muy pequeño, en combates con espadas de madera y armaduras de plástico con su hermano gemelo. Probó la esgrima deportiva pero no le convenció, pues no le aportaba la conexión con la historia que buscaba. En cambio, sí conectó con el mundo de las artes marciales de nuevo con sus hermanos, practicando Jet Kun Do durante algún tiempo. La búsqueda de una práctica más exigente físicamente le llevó al boxeo, deporte que continúa combinando con la esgrima, en el que ha competido en modalidad amateur y ha impartido clases en una escuela de boxeo.
Sin embargo, y a diferencia de otros tantos niños, su pasión por la épica medieval no se desvaneció con el paso de los años. Por suerte, gracias a Internet y YouTube descubrió el
apasionante mundo de las Artes Marciales Históricas Europeas en 2014: una disciplina que al fin aunaba la exigencia física, la técnica y belleza de un arte marcial, y la inspiración de ser un arte completamente histórico. Enseguida dio con la Asociación Española de Esgrima Antigua en Madrid y, antes de empezar su primera clase, ya tenía una espada bajo el brazo. Allí tuvo como primeros maestros a Juan Carlos, Ignacio Sánchez y Rodrigo González, con los que empezó su camino en la Verdadera Destreza con la espada ropera y en el Kunst des Fechtens con la espada larga. Más tarde recibió clases Alberto Bomprezzi, Carlos Urgel y Óscar Torres.
En la escuela no sólo se empapó de técnicas de combate históricas si no también de una hermandad y amistad que lo llevó a enamorarse del gremio. En 2015 participó en el evento de
Vitoria, donde también conoció a practicantes de toda España y de estilos muy distintos, pero con los que compartió esgrima y camaradería. Desde entonces ha participado en varias
ediciones de los eventos de Manzanares el Real, Toledo, Albacete, Barcelona, Bilbao, Santa Cruz del Retamar y otros, incluyendo los más recientes de Paléstrica.
En 2016 se examinó de Alumno Avanzado en espada ropera y espada larga, recibiendo el título junto a otros compañeros y amigos, como el también instructor Cristian Sierra. Ha colaborado también en charlas y ponencias sobre la esgrima histórica, como el Congreso Internacional de Hidalgos en el Archivo Histórico Nacional o en las jornadas medievales de Alcora. En 2018 abrió la Sala de Armas Carranza en Madrid, y Gonzalo se unió entusiasmado al proyecto. Comenzó además la disciplina de Combate Medieval con Rodrigo González, participando en varias competiciones en la modalidad de duelo en el castillo de Belmonte.
Por circunstancias de la vida se marchó a vivir un año a Edimburgo, en Escocia. Allí, como no podía ser de otra manera, descubrió la apasionante broadsword escocesa de la mano de Paul McDonald, Mike Smith y Stephen Kilbane en las escuelas McDonald Academy of Arms y The Cat´s Glove, donde llegó a superar el examen de Free Fencer.
En 2020 regresó a Madrid y, aunque dejó el combate medieval por no poder compaginar todas las actividades, retomó la espada en la Sala Carranza y, esta vez, como ayudante de instructor. De este modo, redescubriendo los tratados antiguos, como apoyo a Juan Carlos y a Ignacio Sánchez e impartiendo clases a nuevos alumnos y a veteranos, llegó el 2022. En febrero de este año se examinó de Instructor de espada ropera según la Verdadera Destreza, y de espada larga en la tradición del Kust des Fechtens, aprobando junto a Luis García de la Cruz.
